viernes, 15 de noviembre de 2013

Unión entre el alma y Cristo



Renunciando a nuestra propia voluntad.

"...Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne". Rom. 13:14.

Dios emplea diversos mecanismos para llevar a cabo la salvación de los hombres. Él les habla a través de su palabra, por intermedio de sus ministros, y envía mensajes mediante su Espíritu Santo, mensajes de amonestación, reprensión e instrucción. Dios a diseñado estos métodos para iluminar el entendimiento de la gente, y así poder revelarles su deber y sus errores, mostrarles las bendiciones que pueden recibir y para despertar en ellos un sentido de necesidad espiritual, para que vayan a Cristo y encuentren en Él la gracia que necesitan. . . .

Toda persona por voluntad propia puede decidir llevar a Cristo en su corazón, amar a su Espíritu, seguir su ejemplo, y entrar en una unión personal con Él a través de la abnegación, la fe y la obediencia. Debemos optar si vamos a elegir a Cristo o no,  Él ya nos ha elegido a nosotros en primer lugar. Esta unión naturalmente debe ser formada por aquellos que no son enemigos de Dios. Se trata de una relación de dependencia total, diaria y muy de cerca, muchos de los que profesan ser seguidores de Cristo no sabe nada de esta relación. Ellos nominalmente lo aceptan como Salvador, pero no como el único gobernante de sus vidas. . . .

El objetivo de renunciar a su propia voluntad para dejar que Dios tome el control de su vida es una decisión que  requiere de un gran esfuerzo y de mucho ejercicio, por esto muchos dudan, vacilan y dan marcha atrás. Sin embargo, esta batalla debe ser librada por cada corazón que está verdaderamente convertido. Debemos luchar contra las tentaciones que vienen de dentro y de afuera nuestro. Tenemos que ser victoriosos sobre nosotros mismos, crucificar las pasiones y los deseos de la carne, deseos que van en contra con los deseos del espíritu, y entonces comienza la unión del alma con Cristo. . . . Después de formar esta unión hay que trabajar en ella continuamente, esforzándonos día a día para mejorarla. Cristo ejerce su poder para proteger este vínculo sagrado, pero el cristiano debe poner de su parte con mucha energía y dedicación para conservarlo, y mas sabiendo que tiene en frente a un enemigo cruel y astuto como Satanás que intentará por todos los medios separarlo de Cristo. . . .

Su nacimiento, su reputación, su riqueza, sus talentos, sus virtudes, su piedad, su filantropía. . . no formará un lazo de unión entre el alma y Cristo. Su conexión con la iglesia. . . será en vano a menos que crea en Cristo. No es suficiente con saber que el existe .. usted debe creer en él y hacer su voluntad y confiar enteramente en su gracia salvadora.


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